domingo, 12 de diciembre de 2010

Ya viene el Sol

Con la asordinada fruición de eunucos onanistas que desmenuzan sombras en silencio, se deslizan los minutos y siguen los segundos, caen las horas y pasan, pasan de largo. Huyen hasta de la diáspora, se fugan cromáticamente y prodigan asonancias que no logras escuchar.

Los eunucos saben, aunque ignoran que saben, que el borde del abismo es epidemia y la nada, que es algo, nada puede en su contra si no se lo permiten, si no flaquean.

El que no sabe e ignora que ignora, es profeta vendido, charlatán, demagogo que, en la plaza vacía, arenga a hormigas, árboles, palomas, con máximas de mínima sustancia.

Pierde el poder su inexorable fuerza, si es que al poder no llegan los eunucos onanistas, trotando con sus patas de serpiente, batiendo sus alas de sapo, mirando en derredor con aguda vista de topo. Pero eso ya es noticia vieja, lugar común, reforma y adición al Código de Hammurabi.

Ya viene el Sol. Las sombras silenciosas recogen su ansiedad hecha pedazos y prefieren barrer bajo la alfombra los brotes de mandrágora que sembraron los eunucos onanistas.


29 de noviembre de 2010.

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