domingo, 12 de diciembre de 2010

El encargo

Quisiera una canción muy fina y elegante;
escríbela, poeta, que no te gane el tedio:
cantar caballeresco y balada galante,
trova para una dama refractaria al asedio.

Sé bien que darme puedes el lienzo y el remedio,
pues que ejerces el arte de la literatura
y cobrarás tu paga superior al promedio,
si el cariño me ganas de tan dulce criatura.

En mano tu soneto, alcanzaré la altura
del balcón de mi dama cuando caiga la tarde,
y lucraré el tesoro de la su alma tan pura.

¿Qué dices? ¿Que no puedes? ¡Anda, bardo cobarde!
Que tu lira resuene maguer te sientas triste...
¿Que es mi amada tu esposa...? ¡Olvídalo! Fue un chiste.



12 de diciembre de 2010.

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