Se hundieron las cóncavas naves
como sapos entre los lotos,
pero no fue por causas graves:
fue impericia de los pilotos
que mamaban tus senos suaves.
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Datos personales
- Andrés Rodríguez Martínez
- Aquí estoy. ¿Qué más? Me gustaría deciros, como Rodolfo a Mimí en "La Bohème": '¿quién soy? soy un poeta ¿qué cosa hago? escribo ¿y cómo vivo? ¡vivo...!' Y no es para tanto, pero, a la menor provocación, me pongo a hacer sonetos. Mis marcas son Canon y Yamaha, pero no le haría ascos a una Leica M8 ni a una Selmer Macaferri de concierto. Pese a tanto rebuscamiento, no logro reencontrarme. En algún momento de mi vida intenté ser sacerdote, pero me ha quedado sólo lo cerdote. Soy abogado porque lo dicta un papel, pero en mi corazón --que es el que siente amor-- tan sólo mando yo. A propósito de papeles, me urge graduarme de la maestría en educación, para empezar a desempeñar de nuevo las funciones propias de mi especie (Homo docens didacticus). La derecha nunca me va a perdonar que me oponga a la pena de muerte, mientras que la izquierda nunca me va a perdonar que me oponga al aborto y a la eutanasia; yo, me limito a encogerme de hombros, sobre la premisa de que el derecho a la vida es infinitamente más valioso que mi improbable popularidad o mi nítido acomodo en la geometría política. ¿Qué más? Pues mucho, mucho más, pero no va a caber aquí.
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